Hoy en Radio Seminario nos acercamos a la figura del Cardenal. Hemos oído y leído acerca de ellos, pero ¿qué es un cardenal? La figura de los cardenales es antigua en la Iglesia. En Roma, a partir del siglo V, se dio el nombre de cardenales a los sacerdotes y diáconos principales y luego, a partir del siglo VIII, se extendió a los obispos suburbicarios, es decir, encargados de las diócesis cercanas a Roma. Pero desde hace siglos este título se reserva estrictamente a los miembros del Sacro Colegio que tienen la tarea de elegir el Papa y formar su consejo.
Los cardenales recordando sus orígenes y también su misión actual, están distribuidos en tres órdenes. Cardenales obispos, cardenales presbíteros y cardenales diáconos, según que sean titulares de una diócesis suburbicaria, de una iglesia en la diócesis de Roma o de una diaconía romana. Todo cardenal, sea cual sea su título específico, como obispo está llamado a tener un espíritu vigilante sobre toda la Iglesia y sobre aquella que le ha sido confiada, a ser un anciano (presbítero) que aconseje sabiamente y a ser un servidor (diácono) de Jesucristo, de la Igesia, de todos los hombres y mujeres de la humanidad.
La razón de ser de los cardenales no es el prestigio o el poder, sino el servicio. El Evangelio nos interpela a todos los cristianos para que nuestras actitudes y actuaciones sean evangélicas. También interpela a los cardenales en el ejercicio de este servicio en ayuda del Santo Padre, como sucesor de Pedro, en su ministerio en bien de toda la Iglesia.
miércoles, 10 de febrero de 2016
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