Probablemente se trate de una de las restauraciones más complicadas y delicadas dentro de la orfebrería española. Para restaurar la custodia se ha contado con un equipo de expertos que han estudiado al detalle las instrucciones que dejó escrito un orfebre del siglo XVI. El conjunto que sostiene la custodia es muy frágil y se compone de piezas muy pequeñas.
Su construcción data de finales del siglo XV, cuando Isabel de Castilla encarga a Jame Aimeric la custodia, finalizándola en el año 1499. Se trataba ya por aquel entonces de una obra de gran valor pues se encontraría en el oratorio privado de la reina más poderosa del momento. Pero Isabel de Castilla disfrutó poco la obra ya que fallecería cinco años después.
Para aquel entonces el Cardenal Cisneros encarga que se custodie en la cámara del tesosoro de la Catedral de Toledo, y allí estará salvo en la festividad del Corpus. Y en estos cinco siglos, ha salido en dos ocasiones más; durante la Guerra de la Independencia que se llevó a Cádiz para que su brillo no llegara a ojos de los franceses y en el año 2011 donde viajó a Madrid durante la Jornada Mundial de la Juventud.
Los toledanos en el próximo Corpus podrán disfrutar con el máximo esplendor la Custodia. La Custodia chica mide un metro de altura y está compuesta por 16 kilos de oro macizo.
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