Para evitar caer en la tentación, recomendó hacer obras de caridad que "cuestan mucho" pero "nos llevarán a estar más atentos". El cristiano "está siempre en vela, siempre atento" como un "centinela". Los demonios pueden comenzar "a ser parte de la vida". "También con sus ideas y sus inspiraciones parecen que ayudan al hombre a vivir mejor y entran en su vida, en su corazón y desde dentro comienzan a cambiar al hombre, pero tranquilamente, sin hacer ruido; ¿Qué hacer para no caer?, estar vigilantes sin asustarse, vigilar significa qué pasa en mi corazón, pararme un poco y examinar mi vida. ¿Soy cristiano? ¿Educo más o menos bien a mis hijos? ¿Mi vida es cristiana o mundana? ¿Cómo puedo entenderlo?"
Por último, invitó otra vez a hacer "examen de conciencia" para saber "qué ocurre". "Pero siempre ante Cristo crucificado. La oración. Y después hará bien hacerse una fractura, pero no en los huesos: romper con las actitudes cómodas" y hacer "obras de caridad". "Yo estoy cómodo, pero haré esto, que me cuesta. Visitaré un enfermo, ayudaré a algún necesitado... Y esto rompe la armonía que buscan los demonios" que llevan "a la mundanidad espiritual"
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