Este martes 6 de noviembre la Iglesia celebra la memoria litúrgica de los mártires españoles de la persecución religiosa del siglo XX, asesinados durante la Guerra Civil por “odio a la fe”. Las cifras hablan de más de 10.000 católicos asesinados en este proceso de los que 1.891 ya están en los altares.
En esta lista se incluyen ya los mártires que serán beatificados el próximo sábado 10 de noviembre en Barcelona, en una ceremonia en la basílica de la Sagrada Familia en la que se beatificará a 16 personas que fueron asesinados entre 1936 y 1937. En concreto se trata de 9 religiosos de la Congregación de San Pedro ad Víncula, 3 religiosas de la Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Madre del Divino Pastor, 1 religiosa de la Congregación de Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones y 3 laicos protectores de los religiosos de San Pedro ad Víncula.
El grupo incluye sacerdotes, personas consagradas y laicos; jóvenes y mayores; hermanos estudiantes y superiores; obreros, padres de familia y educadores: todos ellos servidores, por el Evangelio y el amor a Dios, hasta el momento de su entrega martirial. Todos ellos estaban en Cataluña.
Precisamente, Cataluña fue un claro ejemplo de la gran persecución contra los católicos en este corto pero sangriento periodo histórico. El arzobispo de Barcelona, el auxiliar de Tarragona y el obispo de Lérida fueron ejecutados por anarquistas, comunistas y otros grupos extremistas en los primeros meses de la guerra. Ya al final de la contienda, y siendo prisionero, en Gerona también fue fusilado el obispo de Teruel.
El historiador Vicente Cárcel Ortí ofrece algunos datos sobre el asesinato de sacerdotes en estas diócesis catalanas que ejemplifican la gravedad de lo que allí ocurrió:
- Lérida: 270 sacerdotes asesinados (67% del total).
- Tortosa: 316 asesinados (62% del total del clero).
- Vic: 177 asesinados (27% del clero).
- Barcelona: 279 asesinados (22% del total)G
- Gerona: 194 sacerdotes muertos (20% del total)
- Urgel: 109 asesinados (20%)
- Solsona: 60 sacerdotes asesinados (13%).
Otras diócesis también perdieron un porcentaje importante de su clero. Por ejemplo, en Málaga mataron a prácticamente la mitad de los sacerdotes, lo mismo que ocurrió en la sede primada de Toledo o en Menorca. En Segorbe incluso fue más del 50%. En otras como Madrid fusilaron a 334 sacerdotes (30% del total) o 327 en Valencia (27%).
Sin embargo, fue la pequeña diócesis aragonesa de Barbastro en la que la brutalidad se convirtió en una limpieza de católicos. Grupos anarquistas y comunistas asesinaron al 88% del clero así como a todos los seminaristas. Tampoco el obispo se salvó, que sufrió todo tipo de torturas y vejaciones antes de ser fusilado.
Este obispo fue uno de los 13 que murió en estos años. 12 de ellos en los primeros meses de la guerra civil y uno, el de Teruel, ya cuando concluía.
Los historiadores hablan de una cifra de víctimas por odio a la fe de más de 10.000 personas. Además de los obispos, fueron asesinados en España 4.184 sacerdotes, 2.365 frailes y 283 monjas. El número de seglares asciende a 3.000 aunque la cifra podría ser bastante mayor.
De todos ellos, 1.891 han sido ya beatificados, incluyendo los del próximo sábado en Barcelona, desde que en 1987 San Juan Pablo II declarara beatos por primera vez a tres mártires de esta persecución, carmelitas descalzas de Guadalajara.
Durante el pontificado de San Juan Pablo II se beatificaron a 471 mártires asesinados en el periodo 1931-1939 en España. 530 lo fueron durante el pontificado de Benedicto XVI, y con Francisco la cifra ascienda a 890.
De los 1.891 mártires ya beatificados 9 eran obispos, 274 sacerdotes seculares o diocesanos, 1.499 religiosos (incluidos religiosos sacerdotes, no sacerdotes y religiosas), un diácono, un subdiácono y 107 seglares, incluidos cuatro seminaristas. Once de ellos son ya santos.
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